En 1846 el Dr. Semmelweis es expulsado de la maternidad de Viena. Su empeño en que había que lavarse las manos antes de atender a las parturientas fué el motivo para su jefe el Dr. Klein. De nada sirvió que bajara la mortalidad en las zonas donde se cumplía con esta norma.
Los principales obstetras y cirujanos europeos ignoran o rechazan sus teorias. Dicen que los estudios que presenta no se pueden reproducir y no son fiables.
Tenía 47 años cuando murió en la indigencia. Hoy se le considera pionero en la antisepsia y prevención de las infecciones nosocomiales.